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ADSUV ASOCIACION DE EGRESADOS DE LA FACULTAD DE SALUD DE LA UNIVERSIDAD DEL VALLE (EXTERIOR)
50 AÑOS


- Fotos de la celebracion de los 50 anos.
- Intervencion del senor decano de la Facultad de Salud, Dr. Carlos Hugo Moreno Macias en el acto de apertura del Tercer Simposio de Investigaciones de la Facultad de Salud y de homenaje a los creadores de la Escuela de Medicina.
- Palabras del Doctor Oscar Rojas Renteria, rector de la Universidad del Valle, en la ceremonia de celebracion del cincuentenario de la escuela de Mdicina, cali Octubre 17 de 2001.
- Condecoraciones.
- Carta de ADSUV a los directivos de la Universidad del Valle.

Fotos de la celebracion de los 50 anos.




Intervencion del senor decano de la Facultad de Salud, Dr. Carlos Hugo Moreno Macias en el acto de apertura del Tercer Simposio de Investigaciones de la Facultad de Salud y de homenaje a los creadores de la Escuela de Medicina.
 
Palabras del Doctor Oscar Rojas Renteria, rector de la Universidad del Valle, en la ceremonia de celebracion del cincuentenario de la escuela de Mdicina, cali Octubre 17 de 2001.


Permitánme iniciar estas palabras con un tono de optimismo y regocijo. La occasión que nos reúne es propicia para exaltar la memoria de aquellos pioneros que venciendo obstáculos de distinto orden se dieron a la ponderosa tarea de convertir en realidad un sueño; dotar a Cali, al Valle del Cauca y a la Nación con la mejor Escuela de Medicina de las Américas.

Uno lee las crónicas que han dejado los fundadores de lo que hoy es ésta Escuela y se encuentra con unos hombres visionarios, la mayoría de ellos vivos todavía, que con imaginación y tesón hicieron que la medicina en el Valle del Cauca y en Colombia diera un salto de siglos hace cincuenta años.

La lista no es muy larga y a fe de quedarme corto, no puedo mas que enunciar agradecido al conjunto de hombres ilustres que adelantaron esta gesta. El Mayor General, si así puedo llamar a quien se destacó entre sus pares como el cerebro y espíritu de esta feliz iniciativa se encuentra hoy entre nosotros. Gabriel Velásquez Palau. Se trata de uno de los hombres más importantes de la salud pública y de la educación médica en América Latina y el mundo. Para él, para el grupo de galenos de cuya lista forman parte, Alfonso Ocampo Londoño, Luis María Borrero, los hermanos Arturo y Adolfo Vélez Gil, Julio H. Calonge, Jorge Araujo, Carlos León, Gilberto Angel, Oscar Gutiérrez, Jaime Korgi; para aquellos ya fallecidos, Santiago Rengifo, Jorge Lega Siccard, Guillermo Orozco, Alex Cobo, Jorge Escobar Soto, Vicente Rojo, Leonardo Sinisterra, Carlos A. Guzmán y otros cuyos nombres se me escapan, para todos ellos solicito comedidamente a esta audiencia una cerrada ovación.

Lo que aquí sucedió fue un desarrollo paralelo a lo que estaba ocurriendo en muchos otros campos de la vida nacional. Si el Valle del Cauca puede considerarse una región moderna, por el equilibrio de su desarrollo industrial, por la distribución de su desarrollo social, por el nivel de vida de sus habitantes ese trabajo de modernización ha sido un fenómeno casi reciente. El Valle del Cauca como tal es un producto contemporáneo. Las instituciones, las empresas, la sociedad misma, se han formado como resultado de una gran ebullición de creatividad en un lapso que coincide con el nacimiento de la Escuela de Medicina.

Los esfuerzos por organizar sus desordenadas finanzas, sin lo cual ningún propósito podría cumplirse, han culminado con la constitución del primer Fondo Pensional de una universidad pública colombiana. Desde enero de este año las pensiones se pagan con cargo al Fondo pensional, al cual la Universidad aporta el 20% que le corresponde, la deuda generada por el antiguo sistema se ha reducido sustancialmente y los salarios del personal activo, arrastrados también por la crisis financiera, están pagándose al día desde hace un año.

Ese endeudamiento, utilizado también para financiar un desmesurado programa de expansión, se hizo en onerosas condiciones comerciales, que terminaron por representar una carga financiera cuyo pago condicionaba cualquier posibilidad de desarrollo de la Universidad en un decenio. Hemos firmado un nuevo acuerdo con los acreedores bancarios, en condiciones muy favorables para la Universidad, como resultado de una negociación que ha durado año y medio. Se ajusta así el pago de la deuda a las condiciones reales de la Universidad y se libera progresivamente su capacidad de inversión.

En un proceso de concertación, no exento de incomprensiones y dificultades, logramos acordar con el Sindicato de la Universidad nuevas y razonables condiciones laborales que reconocen la primacía de la legislación laboral para salarios y prestaciones de los empleados públicos, se racionalizó la convención colectiva vigente y se ha dado paso a la vinculación por concurso de nuevos servidores públicos, muchos de los cuales estaban bajo la modalidad de contratos estatales y temporales.

Arreglado el tema pensional y financiero nos hemos concentrado en la academia y la administración para hacer, dentro de un proceso ejemplar de autoreforma, las correcciones necesarias para que la operación de la Universidad no genere en el tiempo una crisis similar a la que ya estamos superando. Los actos que van a modificar sustancialmente el trabajo profesoral, la manera como se organizan los currículos, el modo como se ejecutan los procesos académicos y administrativos y el trabajo mismo de la gente, ya se han realizado o están en marcha. Aspecto central de esa reforma es la concepción de la Universidad del Valle como una universidad de investigación. Una manera de decir que la labor investigativa, aplicada a la docencia es el punto central de garantía de una educación actualizada y al servicio de las verdaderas necesidades de la sociedad.

Sentadas las bases de una administración eficiente y del control de la asignación académica, nos podemos avanzar en la vinculación de nuevos profesores que contribuirán a llenas los vacíos dejados por la masivas jubilaciones ocurridas en el período 96-99 y a asegurar los aumentos de cobertura y desarrollo de nuevos programas.

Hoy podemos pensar con un poco de más calma, sin dejar eso si de sufrir los embates cotidianos de un país en crisis, lo que va a ser la Universidad en el mediano y largo plazo. Su papel estratégico en la sociedad, sus aspiraciones y lo que se espera de ella. A esa reflexión, de donde saldrá la universidad moderna, globalizada por un lado y respetuosa de nuestra identidad por otro, como corresponde al concepto mismo de universidad queremos dedicarle el mayor tiempo y los mejores recursos de la institución.

Las medidas tomadas y la cooperación del Gobierno, de la sociedad y de los estamentos universitarios nos hace pensar que el año 2001 va a ser definitivo en la historia de la Universidad. Todo cuanto se ha planeado en esta año va a tener su plena expresión el año entrante cuando la universidad enfrente la solución de sus problemas internos, sin el peso de la financiación de la carga pensional y sin las exigencias de honrar en términos perentorios sus compromisos con la banca.

La Universidad no puede negarse a la evaluación de su gestión por sus pares y autoridades externas. No puede pretender que en un mundo donde todo cambia pueda aun seguir funcionando con los privilegios de antes. Debe demostrar que el esfuerzo que la comunidad hace para que permanezca y prevalezca tiene como contraprestación el mejoramiento continuo de su trabajo, la ampliación de su cobertura, la mejor calificación de su grupo profesoral.

En este orden de ideas y coherente con los procesos globales de acreditación de la Educación Superior, el Ministerio de Educación Nacional ha iniciado varios procesos que incluyen la acreditación voluntaria de programas académicos, los exámenes de estado para las disciplinas del conocimiento, la acreditación de instituciones, conducentes a la autorregulación y al mejoramiento continuo, no solamente de la cobertura sino también de la calidad de la educación superior.

Nuestra Escuela de Medicina se comprometió con el proceso de acreditación de programas, transformando la crisis en oportunidad y liderando estos procesos en la Universidad. Gracias a los esfuerzos del Decano actual de la Facultad de Salud, Dr. Carlos Hugo Moreno, del Director de la Escuela de Medicina Dr. Jaime Roa, del Director del Programa Académico Dr. Héctor Montes y del grupo de profesores, que con mística y compromiso ejemplares continuó laborando en medio de la crisis. Así se logró concretar el trabajo arduo y riguroso de mirar al interior los diversos factores componentes del programa de medicina, como parte de la autoevaluación y como paso previo a la evaluación por pares externos, conducente a la acreditación.

Con la resolución número 711, del 19 de abril de 2.001, se acreditó el Programa de Medicina de la Universidad del Valle, por cinco años, destacando la calidad de su contenido académico, la organización, el funcionamiento y el cumplimiento de su función social.

La Presidencia de la República y el Ministerio de Educación Nacional entregaron la Orden a la Educación Superior y a la Fé Pública "Luis López de Mesa", al programa Académico de Medicina y Cirugía de la Facultad de Salud de la Universidad del Valle, como reconocimiento de su calidad formativa.

El talento académico, el compromiso con su país y los buenos resultados en su desempeño han acompañado la historia de los egresados de ésta Escuela. Hoy está con nosotros un selecto grupo de siete jóvenes que mañana estarán participando en el concurso nacional de la excelencia. En el 2000 y en este año nuestros médicos internos han ocupado los primeros lugares, tanto en el nivel individual como en la categoría de grupo universitario, en el Examen Nacional organizado por el ICFES y ASCOFAME para elegir el mejor Interno del país, noticia ésta ampliamente difundida en los diferentes medios en las últimas semanas.

Es mucho lo que la Es cuela de Medicina y la Universidad del Valle significan para los vallecaucanos. Su tradición como primera universidad de la región, su tamaño: en estos cincuenta años de la Escuela de Medicina se han formado 2.754 médicos y médicas; en la actualidad la universidad tiene 13.000 alumnos atendidos en su sede de Cali, 6.500 alumnos en sus sedes regionales las cuales se extienden por todo el departamento y cerca de 1.300 alumnos en programas de educación desescolarizada. Novecientos profesores de tiempo completo equivalente con las calificaciones académicas más altas del país y 1200 empleados y trabajadores administrativos. Casi tres mill estudiantes se graduarán durante el año 2001.

Quisiera concluir esta intervención citando apartes del discurso inaugural del Doctor Carlos Arturo Cabal, Rector de la Universidad del Valle el día en que se abrieron las puertas de esta Escuela en 1951. Sus palabras han tenido un profundo significado en la orientación compasionada y humanista del ejercicio de la docencia y de la práctica médica de los cientos de egresados de esta Alma Mater.

"Emprende la Universidad del Valle el estudio de la medicina en una hora afortunada, cuando esa ciencia ha recibido un impulso y ha cobrado inusitada extensión y dilatada influencia, ensanchando sus dominios y enriqueciendo su acervo con los datos e instrumentos que le brindan las ciencias afines.

Inmensa y rauda contribución ha tenido, en corta época, de la química y de la física, de la ingeniería sanitaria y de la estadística, de la psicología, de la técnica industrial en sus múltiples operaciones y en general del avance de las ciencias y de las artes análogas o que de algún modo con ella se conectan y a ella sirven. Un tumulto de conocimiento y de invenciones escoltan su paso y animan intensamente su porvenir.

Se ha proyectado sobre el grupo social de modo profundo, y su misión cobra mayor fuerza y dimensiones en tanto se inserta en la dinámica social. Cada día con superior preocupación busca el Estado hacer más copiosa la cifra de beneficiarios de ls salud y atender por medio de la medicina a la defensa de la raza, a la conservación de la especie y a la elevación de la capacidad de trabajo. Con ella lucha el medio hostil para fortalecer al viviente y entregarle armas de mayor vigor para el combate con las circunstancias adversas a su integridad. Se aspira justamente a dar a cada ciudadano su legítima ración de asistencia médica y a que reciba la visita de la salud a que tiene cumplido derecho. Esto abre para la medicina un ancho campo de generosas aplicaciones y le apropia estupendas oportunidades de avance en la investigación y conocimiento de sus propias leyes y problemas.

Las formas de actividad de la medicina preventiva se han multiplicado últimamente en medida colosal, y en esa línea de trabajo encuentra también inmensurables ocasiones de progreso y elevación científica. La prevención de la enfermedad es uno de los más hermosos capítulos de la operación médica y quizá el que exige el mayor grado de esfuerzo y de celo técnico y revela con suntuosidad la magnitud apasionante de su órbita de acción. Porque el prevenir está confiado a una más refinada y admirable sabiduría que la que exige el curar. Y porque previniendo la enfermedad, la medicina defiende la fortaleza orgánica con el gesto bizarro y primordial del centinela adelantado.

El médico necesita alcanzar una subida moral, una profunda visión del ser humano y su destino portentoso, un rico sentido de la caridad para que a través de su ciencia haga a la sociedad el valioso aporte que le corresponde e irradie sobre ella las excelencias a que lo obliga su jerarquía. Y no conseguirá esto si no adquiere conocimientos universales y múltiple versación académica. El médico no puede ser solamente un obrero de la salud; tiene que ser además un príncipe de las ideas y un creador de ilusiones y de motivos transcendentales.

Al ejercicio de la medicina se ha pretendido mil veces quitarle su fuerza humana, su majestuoso sentido de caridad, de aproximación magnánima a los dolientes, de gentileza del hombre para con el hombre, de misericordiosa gestión y honroso obsequio. Hay necesidad de restituirle esa auténtica dirección y destacar con insistencia su impermutable conexión con el espíritu.

Se ha propuesto, no sin alguna razón, que la medicina tiene por objeto aliviar el dolor, curar la enfermedad, dilatar el tiempo de vida o aplazar el arribo de la muerte, y por último proveer a la conservación de la salud. Pero ninguno de estos fines parece ostentar una correspondencia plena y final con el valor del hombre paciente ni atender de manera soberana a las magníficas exigencias y al periodo seductor de la tarea médica.

El médico se dirige en realidad al hombre y no sólo a su cuerpo o al fenómeno patológico en sí mismo. Subsanar apenas una enfermedad, por ver cómo se reordena un organismo y de nuevo se someta a las leyes de la salud, sería tan sólo una pobre tarea inferior y elemental. Aliviar el dolor y aplazar el día de la muerte con la sola escueta finalidad de obtener su aplazamiento, sería un trabajo insignificante que carecería de sentido profundo y trscendente. Una mecánica de la salud, una veterinaria de bestiezuleas, pero no una tención para el ser humano, que es misterioso e inmensamente más que mineral y vegetal, mucho más que cuerpo y biología.

Se afana más bien la medicina por sostener sano, equilibrado al hombre total. A la persona, al viejo y redimido monarca de la tierra, que se mueve en el tiempo y que un día u otro, atravesando el duro escabroso desfiladero de la muerte, se levanta hacia el más allá en donde todos los seres y las cosas encontrarán hermosa y terriblemente su justicia. Debe pues el médico aspirar a que le sea posible decir con la voz del Apóstol intrépido, que dejó hendida la historia: Oh enfermedad, oh dolor, oh muerte! ¿dónde está tu aguijón? Oh muerte! ¿dónde está tu victoria?

Quiere la Universidad del Valle formar conforme a estos principios a sus futuros médicos, no sólo expertos técnicos sino titulares de alta y noble sabiduría, so sólo dominadores de la ciencia sino cultores de esas leyes cuyo velo se remonta a la cima de lo metafísico y sobrenatural, a donde desemboca toda la majestuosa dignidad de lo humano, abnegados servidores de sus semejantes que saben lo que un hombre debe en sacrificio y en obsequio a otro hombre, caballeros de moral incorruptible, con un hondo sentido de la caridad y un iluminado concepto de su grave misión profesional, mentes claras y certeras, voluntades con un destino irrevocable para la hechura del bien y corazones agitados por esa llama terrible y misteriosa a través de la cual nos hizo Dios reyes cuando nos entregó su imagen y su semejanza".

Queridos amigos y colegas, como egresado de la Escuela de Medicina me siento orgulloso de dirigir un equipo de profesionales de altísimo nivel, comprometidos con la misión de rescate de esta universidad pública que es patrimonio de todos los vallecaucanos. En esta empresa no han sido pocas ni pequeñas la dificultades y sinsabores que hemos enfrentado como no serán ligeras las cargas y cortos los retos que nos esperan. Caminamos oteando el horizonte, iluminados aún por la visión de aquel puñado de hombres probos para quienes el desafío de construir la gran Escuela que hoy tenemos no les quedó grande. Hoy cincuenta años después, sus alumnos que han recibido de sus manos el relevo no serán inferiores a las metas de excelencia que les fueron señaladas en la vida y obra de sus maestros.

Muchas Gracias.

Condecoraciones.




Carta de ADSUV a los directivos de la Universidad del Valle.


Nueva Orleans Octubre 15 de 2001

Señores
Directivos de la Universidad del Valle
Directores Escuela de Medicina
Cali, Valle
E.S.M.

Los ex-alumnos residents en los Estados Unidos de Norteamérica les envían un saludo muy especial con occasion de la celebración de los 50 años de fundación de la Facultad de Medicina de la Universidad del Valle.


ADSUV se enorgullece de participar en este evento y felicita a todos los participantes y egresados por una labor insuperable. Ademas como ex-alumnos, agradecemos a todos los miembros docentes presentes y ausentes por habernos dado la oportunidad de estudiar y prepararnos bajo su tutela, para lograr nuestras actuales carreras profesionales. La Universidad del Valle tiene en nosotros el baluarte de la facultad en el exterior. Con mucho honor desplegamos nuestro diploma.


Aprovechamos esta occasion para exaltar a los colegas y compañeros residents en Cali en particular, y Colombia en general, para que tomen el liderazgo y conformen una asociación dinámica y funcional. Como parte de dicha asociación podrán participar en forma activa y generosa en asuntos de la Facultad.


Nuevamente felicitamos muy efusivamente a la Facultad a sus membros y profesores, a la Universidad y a todos los que de alguna manera han contribuido y siguen contribuyendo al proceso educativo y al éxito profesional de nuestra Alma Mater.
Respetuosamente,


(firmado)
Julio Mora MD
Presidente
Fred E. Husserl MD
Vice-Presidente
Soffy Duque Botero MD
Tesorera

 

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